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Hace 20 años que escribo y tengo publicada una novela corta

TAL VEZ CONVENDRÍA...

...aclarar cual es el propósito de este blog. Hace mucho tiempo que vengo con la idea de publicar,vaya a saber porque, un montón de cuentos, relatos, casi crónicas (algunas de ellas).Si desmenuzamos el "vaya a saber porqué", o al menos lo intento, tropezaré con algunas ideas vagas, como narcisismo, exhibicionismo, que se yo, dejarles a mis hijos algunos divagues...
Entonces mi cuñado me mostró el blog de un amigo y me dije: Bárbaro, con esto me alcanza y de paso por ahí gente que quiero y otras que no conozco lean algunas cosas de estas y al menos les resulte entretenido. Ojalá.

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MONTONEROS (Opinión)

Montoneros


Hace tiempo vengo observando la utilización  del término “Montoneros” como adjetivo denostativo. En general no me afecta porque lo tomo como “de quien viene”. Y en lo personal mucho menos por la sencilla razón de que no lo fui, no lo soy y tampoco lo seré. Entre otras cosas porque no soy peronista y todos los que conocí no solo eran peronistas sino que además lo consideraban una condición fundamental para ser…montonero. Aclaro que tengo un respeto enorme por el peronismo, sobre todo por el pueblo peronista.
Una de las razones esgrimidas para utilizar la palabra Montoneros de modo descalificante es que estos eran asesinos.
Escuché lo mismo sobre el Ché.
Montoneros, como el Ché, eran o pretendían ser, una organización militar. Específicamente utilizar la violencia para conseguir objetivos políticos. Argüían que era necesaria para terminar con la violencia instalada que protegía la injusticia que resultaba en la explotación de los trabajadores, en la miseria, en los niños hambrientos sin educación y sin salud, etc.
Eran empleados de multinacionales? No. Eran mercenarios? No.
La crítica de violentos es en si estúpida. Que yo sepa San Martín, Güemes, Belgrano, Bolivar, por sólo mencionar algunos, también eran, fueron, violentos.
En todo caso habría que preguntarse sobre la legitimidad del uso de la violencia.
En mi caso debo aclarar que el uso de la violencia me parece deplorable. Pero si entra en mi caso unos ladrones con la intención de violar a mis hijas y asesinarnos, no dudaría ni por un segundo en utilizar el máximo de violencia disponible.
Habría, me parece, que discriminar entre legitimidad objetiva y legitimidad subjetiva. La objetiva sería aquella en la que no quedan dudas sobre su utilización, como es el caso que cité recién.
La subjetiva sería el fruto de la evaluación con condimentos ideológicos y de otros tipos sobre la necesidad y sobre todo oportunidad para su implementación. Obviamente es de difícil discernimiento porque aquellos inclinados hacia la utilización inmediata pensarán que se trata de una situación objetiva.
Este era, a mi juicio, el caso de los montoneros y era exactamente el punto de disenso mas importante que me separaba de ellos. No era el único, pero sí, repito, el más importante.
Pero volvamos a la utilización denostativa del término montoneros.
Conocí a varios de ellos. Uno era Carlos María Araya y su esposa Catalina Fleming. Otro era Jorge Araya. Eramos amigos íntimos, como hermanos. El padre había sido Intendente de Rosario en la época de Aramburu, presidente del Jockey Club de Rosario. Tenían mucho campo en Inriville al sur de la provincia de Córdoba. Es decir pertenecían a una familia rica y prestigiosa desde el punto vista social. Quiero decir pertenecían a la clase alta de la ciudad de Rosario. Carlos María además se había recibido de Ingeniero Civil y Jorge estaba a un par de materias para recibirse de abogado. Es decir, tenían un futuro perfecto desde el punto de vista de las seguridades económicas y sociales. Sin embargo ellos eligieron ser montoneros. ¿Por qué? Porque consideraron que era el modo idóneo para terminar con una realidad que les dolía en alma. Es decir prefirieron la posibilidad de ser torturados brutalmente y asesinados, arriesgar la vida, en pos de sus ideales. Y así fue: Carlos María y Catalina desaparecidos. Jorge asesinado: lo encontraron en el río Carcarañá con treinta tiros y una piedra atada junto con su compañera la Negrita Estevez.
Otro: Guillermo Martínez Agüero. A los 22 o 23 años se recibe de médico con las mejores notas, ayudando a su madre que había quedado viuda con cinco hermanitos menores. Querido por todo el mundo al punto de haber sido elegido en forma unánime por todas las agrupaciones estudiantiles de distintas tendencias en su facultad. Pobre pero de familia patricia de Córdoba, también con todas las posibilidades a su favor. Termina preso por diez años. Al menos salvó su vida. Un hermano, José Agustín desaparecido.
Su hermana Soledad militante de montoneros también es viuda de Haidar. Hace poco tiempo volvió a rehacer su vida con un buen compañero. Otra hermana que hace muchísimos años que no veo es la mujer de Firmenich. Sufrió cárcel y exilio. Los conozco muy bien son primos hermanos y desde chico los veía todos los veranos en Villa Allende, sierras de Córdoba. Mismas motivaciones que los Araya.
Y conocí muchos mas. Todos mas o menos iguales: Idealistas y generosos, con los que discutía hasta el hartazgo.
No acordé nunca con ellos. Pero los quiero por sus valores extraordinarios. Y porque a mi me siguen doliendo las mismas cosas que a ellos.
Por eso creo que aquellos que usan montoneros como denostativos deben ser los que aplaudieron la tortura y la matanza sin posibilidad de juicio justo para quienes, tal vez equivocadamente, mas aún, gravemente equivocados, quisieron cambiar las cosas horribles de este mundo y que todos conocemos sin calcular nada a cambio.

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